miércoles, 17 de marzo de 2010

Se tu propio terapeuta

Cuando estudiamos el budismo aprendemos lo que somos y el modo de desarrollarnos. En lugar de insistir en algún sistema de creencias sobrenatural, los métodos budistas nos enseñan a desarrollar una profunda comprensión de nuestro propio ser y de todos los demás fenómenos.
No obstante, ya seamos religiosos o materialistas, creyentes o ateos, es crucial que sepamos cómo funciona nuestra propia mente. En caso contrario, iremos por el mundo creyendo que estamos equilibrados, cuando, en realidad, la profunda raíz de las emociones aflictivas, la verdadera causa de todas las enfermedades psicológicas, se encuentra ahí, creciendo en nuestro interior.

En el mundo de nuestros días existen numerosas contradicciones. Los científicos materialistas afirman: «Yo no creo». Las personas religiosas dicen: «Yo creo». Pero digas lo que digas, necesitas conocer, de todas formas, la naturaleza característica de tu propia mente. Si no lo haces, no importa lo mucho que hables sobre las desventajas del apego: no tienes ni idea de lo que es el apego ni sabes cómo controlarlo. Hablar sobre algo es fácil. Lo que es realmente difícil es comprender la verdadera naturaleza del apego.

Cuando el Buda habló del sufrimiento, no se refería simplemente a los sufrimientos superficiales, como la enfermedad y las heridas, sino al hecho de que la naturaleza insatisfactoria de la mente lleva consigo el sufrimiento. No importa lo mucho que obtengas de algo, nunca satisface tu deseo de tener más o mejor. Este deseo incesante es el sufrimiento; su naturaleza es la frustración.
La psicología budista describe seis emociones básicas que causan frustración en la mente humana y perturban su paz, agitándola: la ignorancia, el apego, el enfado, el orgullo, la duda engañosa y los conceptos distorsionados. Éstas son actitudes mentales y no fenómenos externos. El budismo subraya que para eliminar estos engaños, que son la raíz de todo sufrimiento, no bastará con la fe: hay que comprender su naturaleza.
Cuando una persona se encuentra bajo el poder del enfado es completamente inconsciente de lo que está sucediendo en su mente. Ser inconscientes nos hace dañar y faltar al respeto a otros seres vivos; ser inconscientes de nuestro propio comportamiento y de nuestra actitud mental nos hace perder nuestra humanidad.

Hoy día muchas personas se preparan para ser psicólogos. La idea del Buda es que todo el mundo debe convertirse en un psicólogo. Cada uno de nosotros ha de conocer su propia mente, ha de ser su propio psicólogo.
Esto es verdaderamente posible; cada ser humano tiene la capacidad de comprender su propia mente. Cuando se comprende surge el control de un modo natural.
Para ser tu propio psicólogo no necesitas aprender una gran filosofía. Todo lo que tienes que hacer es examinar tu mente cada día. Cada mañana examinas en la cocina los alimentos, pero nunca investigas tu mente. Examinar la mente es mucho más importante.

Las personas que se consideran religiosas también necesitan comprender sus propias mentes. La fe, por sí sola, nunca pone fin a los problemas; la comprensión del conocimiento sabio acaba siempre con ellos. El propio Buda dijo que creer en el Buda es peligroso y que, en lugar de creer simplemente en algo, la gente debe emplear su mente para tratar de descubrir su propia naturaleza verdadera. La fe basada en la comprensión es perfecta; una vez has comprendido algo o tienes una visión intelectualmente clara al respecto, automáticamente sigue la fe.
Sin embargo, si la fe está basada en conceptos erróneos puede ser fácilmente destruida por lo que dicen los demás.

Desafortunadamente, muchas personas con inclinaciones espirituales son débiles, a pesar de que ellas mismas se consideren religiosas. ¿Por qué? Porque no comprenden la verdadera naturaleza de la mente.
Si sabes con exactitud lo que es tu mente y cómo funciona, comprenderás que lo que te impide tener una mente saludable es algo también mental. Cuando comprendas la visión de tu mente o tu percepción del mundo, verás que no sólo estás aferrándote constantemente al mundo de los sentidos, sino también que aquello a lo que te aferras es meramente imaginario. Comprenderás que estás demasiado implicado con lo que va a ocurrir en un futuro inexistente y que eres totalmente inconsciente del momento presente: estás viviendo para una mera proyección.

¿No te parece que una mente que es inconsciente en el presente y que se aferra constantemente al futuro está enferma?

Es importante permanecer consciente en la vida diaria. La naturaleza de la mente consciente y de la sabiduría es paz y júbilo. No necesitas aferrarte al resultado de una alegría futura. Mientras sigas el camino de la comprensión correcta y de la acción correcta con gran habilidad, el resultado será inmediato y simultáneo con la acción. No tienes que pensar: «Si actúo bien durante toda mi vida quizá obtendré un buen resultado en la próxima». No es necesario que te obsesiones por obtener logros espirituales futuros. Mientras actúes en el presente con tanta comprensión como te sea posible, experimentarás instantáneamente la paz eterna.

Veo que los occidentales están cada vez más ocupados, cada vez más agitados. No estoy criticando el desarrollo material o tecnológico como tal, sino la mente descontrolada. Puesto que desconoces quién o qué eres, pasas tu vida aferrándote ciegamente a lo que yo llamo «la felicidad de supermercado». Agitas tu propia vida, te pones nervioso. En lugar de integrar tu vida, la haces añicos. Analízalo por ti mismo. No estoy criticándote. De hecho, el budismo no nos permite criticar dogmáticamente el modo de vida de persona alguna. Todo lo que intento sugerir es que consideres la posibilidad de mirar las cosas desde otra perspectiva.

Los problemas están en el interior de cada individuo. Las personas no son iguales, sino diferentes. Cada uno de nosotros necesita métodos específicos de acuerdo con su temperamento psicológico individual, sus actitudes mentales y su personalidad; cada uno de nosotros necesita un modo diferente de abordar el camino a la Iluminación. Por eso el budismo acepta perfectamente la existencia de otras religiones y filosofías. Reconocemos que todas ellas son necesarias para el desarrollo humano. No puedes decir que un modo de pensar determinado sea el correcto para todo el mundo. Eso no es más que un dogma.
En primer lugar, los budistas no estamos tan interesados en hablar del Buda. Ni él tampoco lo estaba. El Buda no tenía interés en que la gente creyera en él, así que, desde entonces hasta ahora, el budismo nunca ha animado a sus seguidores a creer simplemente en el Buda.
Siempre nos ha interesado más comprender la psicología humana, la naturaleza de la mente.

En lugar de aferrarte al conocimiento intelectual queriendo dar respuesta a las grandes cuestiones, sería mucho mejor que intentaras comprender la naturaleza básica de tu propia mente y el modo de relacionarte con ella en este mismo momento. Saber cómo actuar con eficacia es esencial: el método es la llave a cualquier religión, es lo más importante que debemos aprender. Si oyes hablar de una casa asombrosa que contiene un inmenso tesoro de joyas preciosas que no pertenecen a nadie, pero no tienes la llave de la puerta, todas tus fantasías sobre lo que harás con la riqueza que acabas de descubrir son una auténtica alucinación.
Del mismo modo, es poco realista fantasear sobre ideas religiosas maravillosas y sobre experiencias excepcionales y no interesarse por los métodos para lograrlas o por la acción inmediata. Si no tienes un método, una llave o un modo de integrar la religión en tu vida diaria, vale más que te bebas un refresco; al menos saciarás tu sed. Si tu religión es tan sólo una idea, es tan insustancial como el aire. Debes asegurarte bien de que has comprendido exactamente lo que es la religión y el modo en que debes practicarla.

Son muchas las personas que tienen una idea equivocada respecto al budismo. Hay, incluso, algunos profesores de estudios budistas que consideran sólo las palabras e interpretan literalmente la enseñanza del Buda. No comprenden sus métodos, la verdadera esencia de sus enseñanzas. En mi opinión, el aspecto más importante de cualquier religión son sus métodos: cómo integrar dicha religión en tu propia experiencia. Cuanto mejor comprendes cómo integrarla, más efectiva es tu religión. Tu práctica se vuelve tan natural, tan realista que llegas a comprender sin dificultad tu propia naturaleza, tu propia mente, y no te sorprenderás de lo que descubras en ella. Después, cuando hayas comprendido la naturaleza de tu mente, serás capaz de controlarla de un modo natural; no tendrás que hacer grandes esfuerzos. Comprender de una manera natural aporta control.

Se trata de un asunto personal; no puedes generalizar. Todo se reduce a la comprensión personal, a la experiencia personal. Si tu camino no aporta soluciones a tus problemas, respuestas a tus preguntas, satisfacción a tu mente, debes revisarlo. Quizá haya algún error en tu punto de vista, en tu comprensión. No puedes concluir que hay un error en tu religión sólo porque la has probado y no ha funcionado. Cada persona tiene sus propias ideas, visiones y comprensiones sobre la religión y puede equivocarse. Por consiguiente, comprueba si es correcto el modo en que comprendes tus ideas y métodos religiosos. Si haces el esfuerzo adecuado basándote en la comprensión correcta, experimentarás una profunda satisfacción interior y comprobarás por ti mismo que la satisfacción no depende de nada externo. La verdadera satisfacción viene de la mente...

Texto extraído del libro: Se tu propio terapeuta, del lama Yeshe, el texto completo lo encuentras en
internet :) , coloque estos fragmentos pues para mi han sido de ayuda...